Meditación


GMNE: El principio de la Divinidad Esencial

Durante los meses de noviembre y diciembre el grupo de meditación mundial para la nueva era medita sobre el principio de la divinidad esencial. En dicho período el cuaderno correspondiente del primer curso expone también sobre la radiación de las energías espirituales y su expresión en el servicio externo. Los cuadernos del primer curso son un buen método de enseñanza gradual para principiantes pero también son de ayuda para los que tienen mayores conocimientos, como base para profundizar ciertos aspectos ya que plantea preguntas en las que se puede profundizar mucho. Pero sobre todo son un impulso al servicio con el que cualquier persona o grupo puede colaborar, sin importar la línea particular que siga o prefiera o su nivel de conocimiento, ya que no interfiere con nada y puede usarse como servicio desinteresado con cualquier otra actividad. 
Pongo unos extractos del cuaderno correspondiente del primer curso junto con la meditación sugerida de servicio. Cualquier pregunta o comentario será bienvenido, así como su difusión en servicio. Los más interesados podrían aumentar su servicio profundizando en éste principio en sus diversos aspectos y si quieren compartiendo sus consideraciones e investigaciones y estudios sobre ello, aumentando así el servicio grupal. 

Extractos del cuaderno. 

Somos esencialmente divinos. Este aserto pueden refutarlo quienes no aceptan ninguna divinidad, pero sin entrar en conceptos o creencias particulares, no cabe duda de que somos parte del gran proceso de la vida que debe tener un impulso creador y un propósito subyacente en el ritmo, la apreciación y los cánones que nos circundan, y que también se hallan dentro de nosotros. 
 En este caso la palabra esencial no significa “necesito” sino “fundamental”, y una primera evidencia de nuestra divinidad esencial la tenemos en nuestra “conciencia del Yo”, chispa autoconsciente que nos impele a afirmar nuestra individualidad, luchar por la libertad, buscar la paz y seguir adelante, siempre hacia algo que intuimos que es más grande que nosotros mismos. Es una realidad que no podemos negar, pero al mismo tiempo está tan lejos del alcance de nuestra mente que con frecuencia la negamos. Nuestro intelecto formula muchas teorías respecto a nuestro origen y destino y también trata de hallar el significado de nuestras vidas, y para ello utilizamos toda nuestra capacidad para encontrar los medios conducentes al dominio de la naturaleza, pero sólo la “esencia” puede descubrir los secretos que queremos desentrañar y lograr un contacto consciente con la Existencia de la cual somos parte inseparable. 
           El sentimiento de que poseemos potencialidades superiores – nuestro reconocimiento innato de la divinidad esencial – adopta muchas formas, buenas unas y malas otras. Se lo ha denominado ”impulso evolutivo”, el cual constamente lleva el nivel de la vida del sentimiento o del pensamiento humano a un peldaño más elevado de la escala y, por tanto, hacia una mayor madurez.
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Dentro de nosotros existen cualidades que emanan de una Fuente que está más allá de nuestra “normal” personalidad. Amor, creatividad, espíritu de servicio, aspiración – el “anhelo” del Hijo Pródigo de retornar al hogar del Padre – apreciación de la verdad, belleza, bondad, un sentimiento aunque vago de la “realidad” y de “algo más” los cuales producen la eterna insatisfacción de la raza humana – el “divino descontento”, el espíritu de aventura, el esfuerzo constante por superarse todo evidencia que el “hombre es un animal más un Dios viviente”. 

                                                            DELINEAMIENTO DE LA MEDITACION

I . Alineamiento
 
Mediante: 
1. Relajación física, emocional y mental. 
2. Aspiración. 
3. Concentración mental. 
Alineamiento con el Alma. 
4. Vinculación e identificación con este Grupo de Meditación. 
Il. Dedicación 

“Me dedico – en un esfuerzo unánime con mis hermanos de Grupo y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad – a construir la nueva Ciudad de la Humanidad. 

“Haré todo lo que pueda para crear una Nueva Era basada en la comprensión, la colaboración y la participación, en la cual cada uno y todos podrán desarrollar y expresar sus poderes creadores y sus posibilidades espirituales más elevadas”.

IlI. Meditación sobre el Principio de Divinidad Esencial. 

1. Visualizar el símbolo de la Divinidad Esencial. Una encarnación de la divinidad tal como: Pitágoras – Buda – Cristo, o bien, un sol áureo irradiando su luz en todas direcciones. 
  
2. Considerar detenidamente el significado, el valor y la implicación de este principio. 
3. Planear como demostrarlo individualmente y cómo contribuir para desarrollarlo en el mundo. 
4. Irradiarlo telepáticamente:  
     (a) Repitiendo reflexivamente las palabras Divinidad Esencial. 
(b) Enviando la forma mental de la Divinidad Esencial a través de haces de luz, hacia todas direcciones.

IV. Afirmación .
       “Que seamos ayudados para desempeñar nuestra parte”.

Se sugiere su empleo todos los días o por lo menos algunos días de cada semana. 


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